#ElPerúQueQueremos

EVA segunda parte

Publicado: 2009-08-24

Sonaron los últimos cuatro acordes y terminó la canción pero también se apagó la luz. La oscuridad del salón se rompió segundos después con la luz tenue de las velitas de la torta y el canto destemplado de “feliz cumpleaños” reemplazo a Madonna. Voltee hacia Eva pero no la encontré. Con la mirada la busqué por todos lados y finalmente la vi poniéndose el saco y saliendo por la puerta. Se me volcó el corazón y corrí hacía ella. Estaba bajando las escaleras cuando le agarré el brazo toscamente. Ella volteó molesta y me preguntó ¿Qué te pasa? Yo estaba sorprendida con mi comportamiento desesperado y mas aún cuando le respondí “No te vayas por favor”. Ella me miró entre desconcertada y procesando algo y luego de lo que me pareció una eternidad me dijo que la siga. Yo lo hice y mientras caminábamos hacia su carro sentí con claridad que no solamente Eva estaba teniendo un extraño poder sobre mí sino que se había dado cuenta de ello.

Durante el camino (que yo no sabía hacia donde nos llevaría) no dijo palabra. Fui yo la que me disculpé y trate de explicar mi comportamiento contándole que me había caído muy bien y que sentía una química especial y que quería ser su amiga y que quería que me cuente que había pasado con lo de los escorts. Yo hablaba erráticamente y parecía una chiquilla desequilibrada. Era como si hubiera sido poseída por un ser muy inseguro y débil.

Llegamos a un edificio por el malecón y subimos a lo que evidentemente era su departamento. Se quitó los zapatos, sirvió dos piscos se sentó en el suelo y recién allí volvió a hablar. “¿En que me quedé?” preguntó y retomó su historia.

Resulta que no se atrevió a llamar a ADAMO. Pensó que sería mejor escribirle al correo que salía en su web. Y así lo hizo. Pasaron unos días y no recibía respuesta, entonces le volvió a escribir y esta vez tampoco recibió respuesta. Molesta y frustrada comenzó a escribirle a otros chicos escorts, a los que consideraba por x motivo menos peligrosos y más atractivos. Le escribió a seis más y ni uno le respondió. Para entonces ya estaba obsesionada con el tema además de no estar acostumbrada a que las cosas no le salieran como ella quisiera. Eva me repitió esto último mirándome fijamente a los ojos y nuevamente sentí un ligero temor pero inmediatamente se suavizó y continuó con su relato.

Al no recibir respuestas por correo electrónico se compró una tarjeta telefónica y comenzó a llamar a varios de los chicos. Siempre contestaba la maquina diciendo que dejaran su numero cosa que ella no iba a hacer. Luego de demasiadas llamadas, uno contestó. Se llamaba o decía llamar Giuliano. Su voz le pareció ruda y un tanto mal educado pero a esas alturas poco le importaba como fuera el chico. Le dijo de frente lo que quería y el le dijo que cobraba s/. 120 la hora y media a domicilio. En ese momento ella recapacitó y pensó que definitivamente no debía de ocurrir en su departamento. Quedó en llamarlo para decirle donde se encontrarían.

Colgó y sintió sus pulsaciones a una velocidad que nunca antes habían llegado. Casi atorada llamó a Fernando y le pidió si el encuentro podía ser en su departamento. Le pidió también si podía él esconderse en el cuarto de al lado y estar atento por si algo malo pasaba, por si Giuliano resultaba ser un ladrón o un asesino. Fernando con la frescura de siempre accedió divertido y la felicitó por finalmente dejarse de miedos y prejuicios y apoderarse de su sexualidad. Fue así como días mas tarde estaba Eva toda emperifollada y temblando como un perro sin pelo esperando la llegada de el primer prostituto en su vida. Cuenta que ni bien lo vio entrar sintió una excitación increíble, que el cuerpo fuerte pero con tendencia a engordar de Giuliano la devolvió a la vida. De frente lo llevo al cuarto, él le pidió el dinero por adelantado y ella le entregó una bolsita con condones. Ambos se desnudaron rápidamente. El ya tenía una erección y ella saltó sobre él a hacer buen uso de su hora y media. Fue alucinante. Eva me cuenta que ese chiquillo, que no tendría mas de 25 años, era todo un maestro pero que lo que mas la había excitado era el saber que a ese semental ella le estaba pagando y que ella le podía pedir lo que quisiera sin preocuparse si a él le gustaba o no. Cuando todo acabó no sintió la necesidad de abrazarlo si no mas bien le pidió que se vistiera y que se fuera. Giuliano era dócil y esto también le gustó. Quedaron para la siguiente semana y se despidieron.

Fernando salió del otro cuarto con miles de preguntas y ganas de escuchar detalles pero Eva solo pudo decirle que había descubierto el mejor afrodisíaco de su vida, el control y el poder. Le agradeció enormemente por haberla empujado a esto, le dio un beso en la frente y se marchó convertida en una nueva mujer.

Se vio con Giuliano cuatro veces más, estas veces en su propio departamento pues no le había dado desconfianza y a pesar que hablaban poco sentía que era un chico bueno que tenía deseos y aspiraciones en su vida y que de alguna manera tenía que vivir de algo en este país con tan pocas oportunidades. Sin embargo Eva se dio cuenta de que si lo seguía contratando solo a él podía desarrollar un vinculo afectivo y eso era justamente lo que quería evitar así que le preguntó si tenía amigos que hicieran lo mismo que él. Giuliano le dijo que sí pero que no le convenía recomendarlos pues entonces él se quedaba sin chamba.

Eva se quedó pensando y sin saber porque le dijo que no se preocupe que ella le conseguiría mujeres dispuestas a pagar por sus servicios. Le pregunto también si estaría dispuesto a hacerlo con hombres y Giuliano con ojos de carnero desnutrido le contestó que chamba es chamba.

Fue así como Eva comenzó una incesante búsqueda de posibles clientes para Giuliano.

Yo, que hasta el momento había escuchado y asimilado bastante bien la historia de Eva, me sorprendí con esto. No me esperaba para nada lo que me estaba contando. Ella parece que lo notó y de una manera agresiva me dijo “¿Qué? ¿Te vas a escandalizar ahora? ¿Cucufata eres? Si no te gusta lo que escuchas puedes irte, la puerta está abierta”. Me dolió que Eva pensará que yo fuera cucufata pero mas me dolió la posibilidad de que me echará de su departamento y no la volviera a ver. Me parecía fascinante y sentía un inexplicable imán hacía ella. Rápidamente le respondí “No, no. Yo no soy así. Lo juro. Sigue por favor”. Y siguió.

No le fue fácil encontrar a mujeres deseosas de pagarle a chicos por sexo. Otra cosa fue encontrar a hombres pero Giuliano le suplicaba que tratase de encontrar a mas mujeres porque no quería convertirse en “cabro”. A ella le convenía que él estuviera contento para que le siga recomendando a amigos para que sus jueves de sexo continuaran llenándola de placer. Ella piensa que fue la estrella que tiene en su vida que por pura casualidad una mañana mientras se cambiaba en el gimnasio oyó a unas mujeres en sus cuarentas y cincuentas conversar. Mientras secaban sus carnes no tan atléticas comentaban entre risas y disfuerzos que hacía tiempo no la veían, que estaban tan necesitadas que con el primero que se les cruzara atracarían. A Eva se le prendió el bombillo y muy cautelosamente se acercó a ellas, se presentó hizo un par de chistes al respecto para integrarse y sin mas reparos les soltó que ella les podía ofrecer algo para “aliviar” esa situación. Las mujeres dejaron de reírse y la miraron con desconfianza pero Eva al ser tan regia y educada difícilmente causa rechazo. Invitó a tomar un jugo a las cinco mujeres. Ellas accedieron y ya en la juguería Eva les hizo la propuesta, unas la miraron con estupefactas, otras con asco pero una muy seriamente le dijo “yo si quiero”. Y así fue como Meche tuvo su encuentro feliz con Giuliano. Tan buena fue su experiencia que se lo comento a sus amigas del gimnasio, y del casino y con las que iba a comprar a Ripley y a Saga y poco a poco muchas se fueron animando. Lo interesante es que la llamaban a ella para que les haga el contacto y como Giuliano ya no se daba abasto comenzó a recomendar a Mario, Ramiro, Miguel y a Sandro.

Se dio cuenta que pasaba mucho rato contestando y haciendo llamadas y que la cuenta del celular había subido notablemente así que comenzó a cobrar comisión. Decidió que los chicos debían cobrar s/. 200 de los cuales s/.50 eran para ella. Llego un momento en que los cinco chicos no eran suficiente pues cada vez la llamaban mas y mas mujeres interesadas. Lamentablemente a sus chicos y a ella se les estaba haciendo difícil convocar a más escorts y en esas estaban en estos momentos.

Eva se quedó callada, se paró y llevo los vasitos de pisco al lavadero. Este parecía ser el fin de la historia. No pude contenerme y le pregunté si este negocio era lo que le daba la calidad de vida tan alta que tenía. Me miró como si yo fuera una tonta y me dijo que por supuesto que no, que ella tenía dinero por otros medios y que ella no necesitaba de esto para vivir. Entonces le pregunté, arriesgándome a que me mande a rodar, que porque lo hacía. Y ella impávida me contestó “porque me gusta”. Su mirada pero sobretodo lo que me dijo me debilitó las piernas, sentí un escalofrío y sin la menor duda sentí que Eva me encantada. Me paré para acercarme a ella pero ella ya se había dado media vuelta y estaba diciéndome que ya era hora de que me vaya. Abrió la puerta y a mi no me quedo otra que despedirme. Di dos pasos y escuché su voz “los bailarines siempre andan misios ¿no?”. Voltee para decirle algo. Ella sonreía con su bocaza maravillosa

“llámame” dijo “te he apuntado mi numero en el forro de tu cartera”. Cerró la puerta.

Esa noche no pude dormir. Tampoco la siguiente. Al tercer día de insomnio y de no dejar de pensar en Eva la llamé y quedamos en vernos en su departamento esa misma tarde. La vi mas guapa de lo que la recordaba, tomamos un café y luego de una vana y corta conversación me preguntó si había pensado en su pedido. “¿Qué? ¿Cuál?”. Me dijo que no me haga la tonta que dizque yo sabía muy bien lo que ella quería de mi y que eso era que le consiga chicos bailarines, con cuerpazos y con ganas o necesidad de trabajar para ella. Yo no podía creer lo que escuchaba. Si bien eso era lo que había sentido que ella insinuó la última vez que nos vimos no pensé que realmente pretendía que yo lo hiciera.

Balbucee no se qué y los ojos se me aguaron, ella me toco la mejilla y el cuello. Era su primer gesto de cariño y a mi el corazón casi se me para pero este momento duró poco menos de un minuto y Eva nuevamente me estaba despidiendo de su departamento, esta vez menos dura, y sugiriéndome que la llame cuando tenga candidatos.

No hay duda que cuando uno quiere algo lo consigue. Yo que soy tímida y poco entradora en tres días logré conseguir a un chico, a uno de los bailarines del programa de televisión donde trabajo. Evidentemente yo no quiero ser parte de este negocio. Lo que quiero es tener una excusa para ver a Eva. Ayer regresé a su departamento pensando que iba a estar orgullosa de mí. De hecho me felicitó y yo no pude mas. La agarre de la cintura y la intenté besar pero ella contundentemente me apartó y luego dio un paso atrás. Me miró desde arriba y con desden pero siempre seductora y me advirtió “para mañana me consigues a dos chicos mas”. Me entregó el frío de su espalda.

Es por esto que hoy estoy desesperada. No me queda mucho tiempo y no se por donde empezar a buscar. He hecho llamadas y nada. A Eva no la puedo defraudar. Si no la vuelvo a ver, si me saca de su vida no se que me pasará. Por favor si alguno de ustedes lectores tiene una sugerencia o esta dispuesto a colaborar o necesita cachuelearse escríbanme. El tiempo está corriendo.


Escrito por

pachi valle riestra

mujer peruana de 42 años, bailarina, coreografa, maestra de danza. Además y aveces...jurado de programas concurso de baile en la televisíon, sin ser actriz ha actuado en la televisión y en teatro, sin ser escritora escribe porque la hace feliz, caminante porq


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